martes, 5 de diciembre de 2017

Beatos Tomás Bullaker, Enrique Heath, Arturo Bell, Juan Woodcock, Carlos Meean. Diciembre, día 5.

Iglesia de San Juan de los reyes,
Toledo. Retablo en el altar mayor,


Santos Franciscanos para cada día

Fray Giulano Ferrini OFM
Fr. José Guillermo Ramírez OFM
Edizioni Porciuncula
1ª edición julio 2000
Reimpresión 2001



Diciembre, día 5:   

Beatos Tomás Bullaker, Enrique Heath, Arturo Bell, Juan Woodcock, Carlos Meean.

Sacerdotes, mártires ingleses de la Primera Orden (siglo XVII).
Juan Pablo II los beatificó el 22 de noviembre de 1987.

En el siglo diecisiete en Inglaterra Enrique VIII desencadenó una gran persecución religiosa como reacción contra el Papa que había rehusado anular su matrimonio. Numerosos son los mártires; entre ellos son célebres el arzobispo San Juan Fischer y el canciller Santo Tomás Moro. Entre los franciscanos tenemos a San Juan Wall, San Juan Jones, el Beato Juan Forest y nuestros cinco mártires. El 22 de noviembre de 1987 el papa Juan Pablo II asociaba en el catálogo de los beatos a otros 85 mártires ingleses, invictos confesores de la fe y del primado del romano pontífice, que se añaden a los beatificados por Pío XI en 1929. Así se amplía el valeroso testimonio cristiano.


Beato Tomas Bullaken (1602‑1642) Sacerdote franciscano de corazón ardiente, defensor de la fe, el 12 de octubre de 1642, después de haber recibido la absolución de un cohermano, al canto del Te Deum subió al patíbulo, donde fue ahorcado y horriblemente despedazado. Desde el Calvario su alma voló al Paraíso, a la visión de Dios y de los santos.

Beato Enrique Heath (1599‑1643) Nacido de familia protestante y él mismo ministro del culto; una fulgurante conversión lo llevó al catolicismo. Luego se hizo franciscano y sacerdote, llevó una vida austera, penitente, entregado a la predicación. El 7 de abril de 1642 fue arrestado, se negó a abjurar de la fe. Fue bárbaramente ahorcado y luego destrozado en Tiburn (Londres). En el cielo junto a los mártires goza de la visión de Dios.

Beato Arturo Bell (1591‑1643) Ministro Provincial de los Hermanos Menores de Escocia y definidor General de la Orden, recibió gozoso la sentencia de muerte al canto del Te Deum. En el palco quiso celebrar su última Misa, renovó la profesión de fe y obtuvo la conversión del capitán Tovers. Juntos sufrieron el martirio.

Beato Juan Woodcock (1603‑1640) Nacido de padre protestante y de madre católica, pronto adhirió al catolicismo y en 1631 se hizo Hermano Menor y fue ordenado sacerdote, desarrollando un provechoso apostolado con la oración, el buen ejemplo y la predicación. En 1644 fue arrestado y encerrado en una horrenda prisión. Entre los encarcelados fue ejemplo de paciencia y sublime santidad; muchos de ellos fueron llevados a Dios por él. El 7 de agosto de 1646 en Lancaster con el martirio del ahorcamiento coronó su vida de invicto defensor de la fe.

Beato Carlos Meean (1640‑1679) Irlandés de nacionalidad, pronto llegó a ser un excelente hermano menor y sacerdote. Fue arrestado en Denbygh y condenado a 10 meses de dura prisión. El 12 de agosto de 1678 en Ruthin Denby, antes del martirio dijo sus últimas palabras, que son una valerosa profesión de fe. Ahorcado, su cuerpo fue cruelmente despedazado, mientras su alma voló al cielo a recibir la palma del martirio. De estos cinco heroicos mártires podremos con San Francisco decir: “He aquí cinco verdaderos Hermanos Menores”.


Cinco primeros mártires franciscanos, (Marrueco)
en vida de San Francisco de Asís


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