martes, 23 de mayo de 2017

Dedicación de la Basílica de San Francisco


 Dedicación de la Basílica de
San Francisco




Gregorio IX

Inocencio IV


24 de mayo
Dedicación de la Basílica
de San Francisco
(Liturgia de las Horas, Laudes y Vísperas de la Familia Franciscana. Editorial Espigas. Murcia. 2014)        

    El papa Gregorio IX, después de canonizar a San Francisco el 16 de julio de 1228, bendijo la primera piedra de la iglesia que debía albergar sus restos. Esta iglesia sería también la cabeza y madre de la Orden de los Menores. El papa Inocencio IV consagra el templo en 1253 y Benedicto XIV lo eleva a basílica patriarcal y capilla papal en 1764. El edificio tiene tres naves superpuestas. La excavada en tierra, que acoge el cuerpo de San Francisco en un sepulcro de piedra y hierro, realizada por el arquitecto Hugo Tarchi según el estilo neorrománico; la intermedia y la superior, llamadas la Basílica inferior, baja y oscura, y la Basílica superior, espaciosa y luminosa. Es un símbolo: la primera representa la vida de penitencia; la segunda simboliza la gloria. Las dos basílicas están llenas de pinturas sobre la pasión de Cristo y la vida de San Francisco, realizadas por Cimabue, Martini, Lorenzetti, Giotto, Cesare Sermei, Giacomo Giorgetti y Girolamo Martelli, artistas de la Umbría del siglo XIV. La Basílica es Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000.


SEGUNDA LECTURA

Benedicto XIV



De la Constitución Fidélis Dóminus, de Benedicto XIV, papa (proemio y núms. 1 y 5: Sanctissimi Domini nostri Benedicti Papae XIV, Bullarium IV, Romae 1757, pp. 189.190.192)

El Señor exalta a sus santos para reavivar la fe


Fiel es el Señor a su palabra, al decir frecuentemente en la sagrada Escritura que exaltará a los que se constituyeron en imágenes fieles de su Hijo por el ejercicio de la virtud de la humildad, reservando para ellos todo honor y gloria no sólo en el reino de los cielos, sino también en el mundo presente, para su propia exaltación y aumento de la fe en los demás hombres.

Ejemplo vivo lo hallamos en el bienaventurado Francisco. Este santo varón puso especial empeño en verse pequeño y humilde ante su propia consideración y ante la estima de los demás; y hoy, por declaración expresa de la santa Madre Iglesia, es honrado entre los amigos de Dios en el cielo, y en toda la tierra. Su cuerpo glorioso, fiel trasunto de la mortificación de Cristo hasta el lecho de su muerte, ahora resplandece en sepulcro glorioso, convertido además en santuario famoso, a donde concurren los pueblos de todo el mundo a postrarse con fervor y devoción, mientras se multiplican allí los signos y prodigios.

No habían transcurrido dos años de su muerte, cuando se iniciaron las obras en lugar digno para custodiar con suma piedad sus restos mortales, en las afueras de la ciudad de Asís, junto a las murallas; lugar que el papa Gregorio IX, nuestro predecesor, hizo suyo y transfirió la propiedad a la Santa Sede Apostólica, y reservando, directa y perpetuamente, a la misma Sede Apostólica todos los derechos inherentes a la iglesia que se construiría en dicho lugar.

En la ciudad de Asís el mismo papa Gregorio IX canonizó al patriarca Francisco, y aprovechó esta efemérides para colocar él personalmente la primera piedra de la nueva iglesia, que nombró «cabeza y madre» de la Orden de los Menores, concediendo a este magnífico templo especiales prerrogativas y privilegios, que luego acrecentarían los romanos Pontífices.

Terminadas felizmente las obras de este magnífico templo, el veinticinco de mayo del año mil doscientos treinta, con solemne pompa fue trasladado el cuerpo de San Francisco; y el domingo anterior a la fiesta dela Ascensión del Señor, veinticinco de mayo de mil doscientos cincuenta y tres, personalmente, el papa Inocencio cuarto, con gran solemnidad, celebró el rito de la consagración de esta iglesia.

Así pues, Nos, a ejemplo de nuestros predecesores, deseamos acrecentar su esplendor y gloria, puesto que estamos seguros que el Patriarca seráfico impetrará del Señor más abundantes bendiciones y gracias celestes para la Iglesia Romana, cuanto más engrandezca la Sede Apostólica su extraordinaria figura. Por tanto, por la presente Constitución, valedera para siempre, erigimos dicha iglesia de San Francisco en basílica patriarcal y capilla papal.
RESPONSORIO                                                  
Cf. Sal 45, 5; Ef 2, 7
R. El Altísimo consagró su morada * Y glorificó a su siervo Francisco. (T.P. Aleluya.)
V. Para mostrar entre los pueblos las copiosas riquezas de su gracia. * Y glorificó.
            Oración. Señor, tú que edificas el templo de tu gloria con piedras vivas y elegidas, multiplica en tu Iglesia los dones del Espíritu Santo, a fin de que tu pueblo, por intercesión de nuestro Padre San Francisco, crezca siempre para edificación de la Jerusalén celeste. Por nuestro Señor Jesucristo.


Basílica de San Francisco de Asís
Tres iglesias superpuestas..... todas conmovedoras y diferentes. 
En una ciudad del medioevo.

Para saber más, aquí:
Basílica de San Francisco, por G. Bellucci - Directorio Franciscano

* * * * *
También en el 25 de mayo

Gerardo de Villamagna (1174-1270)
el beato Gerardo Mecam, de la Orden Franciscana Seglar, nace en Villamagna (Toscana, Italia). Huérfano a los 12 años, reparte sus bienes a los pobres. Viaja dos veces a Palestina para visitar los Santos Lugares. Es apresado por los turcos, salvando la vida de milagro. Como también lo es, viajando a Siria por los ataques de los piratas. En la segunda estancia en Palestina se dedica a la oración y atención a los pobres y peregrinos. Después de residir siete años en Tierra Santa, busca en Italia a San Francisco, recibe de él el hábito el hábito de terciario, y se dedica a la oración en una capilla cercana a Villamagna. Construye un oratorio dedicado a la Virgen María en lo alto de la colina del Encuentro, guardada en la actualidad por un convento edificado por San Leonardo de Porto Mauricio. Muere el 25 de mayo de 1270 a la edad de 96 años.
El Papa Gregorio XVI aprueba su culto el 18 de marzo de 1833. [Año Cristiano, tomo V, Biblioteca de Autores Cristianos. BAC, 2004. Y en la Liturgia de las Horas: Laudes y Visperas de la Familia Franciscana. Editorial Espigas. Murcia. 2014]



Oración. Señor Dios, tú que nos has revelado que toda la ley se compendia en el amor a Ti y al prójimo; concédenos que, imitando la caridad del beato Gerardo Mecatti, podamos ser un día, contados entre los elegidos de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo.



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